Y lo cierto es que esto se puede aplicar también para los estudios. Hacer un uso correcto del tiempo que tenemos para estudiar, y saber complementarlo con el resto de nuestras actividades cotidianas y de entretención, implica casi siempre consecuencias positivas.
Por lo tanto, será fundamental que definas cuáles actividades son imprescindibles, y cuáles puedes posponer para otro momento, para así liberar horas para estudiar.
¿Por qué priorizar los estudios? Básicamente por un asunto práctico: aunque no te guste el colegio, siempre existe una agenda y un calendario de pruebas y trabajos, que si son ignorados, muy probablemente te traerá problemas.
Por lo tanto, parte por definir cuáles son aquellas asignaturas en las que tienes más problemas y calendariza perfectamente cuándo son las fechas de pruebas, trabajos y exámenes.
El objetivo de esto es planificar con anticipación, para armar tu calendario de estudios, el cual debería contemplar unos 7 a 10 días de trabajo previo a la fecha de cada prueba o examen.
En la práctica, este calendario debe contener sesiones de estudio diarias, que no deben durar más de dos horas, con un breve descanso entremedio, para así no agotarte mentalmente y hacer más eficiente el trabajo. Es fundamental evitar maratones de estudio de muchas horas seguidas, o hacerlo durante toda una noche, ya que no son productivas.
Por otro lado, si inicias el estudio con varios días de anticipación, podrás saber si necesitas algún tipo de ayuda de un profesor o compañero para aclarar aquellas materias que no entiendes bien.
Este tipo de organización, te permitirá disfrutar de otro tipo de actividades que no tienen que ver con los estudios, y que son parte fundamental en la vida de cualquier persona, como hacer deportes, actividades recreativas, juntarte con los amigos, etcétera.
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