¿Deben estudiar los niños durante el verano?
Las dudas sobre si los niños deben estudiar algo durante el verano o si es preferible una desconexión total, son interrogantes que muchos padres y apoderados se plantean durante estos meses.
En general, los expertos recomiendan dedicar un rato al día para hacer algún tipo de actividad relacionada con el ámbito académico. "La rutina escolar hay que romperla, pero es un error no hacer nada, independientemente del nivel y rendimiento educativo", explica la española Covadonga Ruiz de Miguel, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Fundación Europea Sociedad y Educación.
Por otro lado, los especialistas también destacan que dos meses de inactividad respecto del estudio, generan que se pierda parte de lo aprendido. "Y hasta un mes y medio", apunta Ángel Casajús, vocal de Educación de Colegio Oficial de Pedagogos de Cataluña (COPEC).
Incluso, un estudio publicado en el American Educational Research Journal indica que las diferentes cosas que hace cada familia durante el verano, en función de su nivel socioeconómico, también puede influir en el rendimiento escolar posterior y aumentar la brecha educativa entre unos y otros.
¿Qué hacer?
Respecto de las actividades a realizar, y cómo hacerlas, .los especialistas tienen diferentes opiniones. Para el pedagogo Ángel Casajús, "es absolutamente necesario reforzar en verano. Cuando vuelven los niños después de dos meses se pasan 15 o 20 días repasando lo del año anterior".
Y con él coincide Covadonga Ruiz de Miguel, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Fundación Europea Sociedad y Educación. La experta aclara que aunque no hay que volverse loco, aclara que hasta tercero básico, los niños aguantan una media hora trabajando. "Es un periodo breve, hablamos de no dedicar más del 10% del día a actividades académicas".
Pero también aclara que "no es preciso sentar a los más pequeños en una mesa a estudiar todos los días. Se puede introducir como una rutina más de la jornada: te levantas, desayunas, lees un poco, juegas, vas a la piscina, haces una sumas...".
Un matiz distinto tiene la psicopedagoga Francisca Majó, quien es enfática en decir que "el verano es una época maravillosa, supone una ruptura con la realidad cotidiana de los otros nueve meses. Si bien es importante realizar algún tipo de actividad, ésta tiene que estar claramente diferenciada de las rutinas escolares. No tiene mucho sentido tomar un cuaderno y empezar a llenar actividades, son cosas que no tienen nada que ver con la vida. El gran deber es descubrir, captar, expresar", explica.
"El estudio también es descubrimiento, observación, experiencia. Y el verano favorece la actividad, el contacto con la naturaleza, ir al pueblo, vivir experiencias nuevas, cosas desconocidas, practicar todo lo que no se puede hacer durante el curso. El clima favorece que se puedan hacer estas actividades en contacto con la realidad", concluye.
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